Ser punk.

Me incomoda la comodidad del status Quo,
las sonrisas falsas y las corbatas.

Ser punk es ir en contra de lo establecido,
cuestionarse por qué compramos los tenis que tenemos,
objetar las relaciones qué sostenemos,
poner en juicio nuestra forma de amar y crecer
y dejar ser arrastrados en el río de lo cotidiano y lo pop.

Si vamos a cuestionar,
pues vá, que se cuestione todo,
y que se nos caigan las máscaras,
que se vean las caras de vergüenza
para volver a ser personas.

No me identifico con los intereses de tu cliente,
ni con la idea de perpetuar la desigualdad,
la marginación y la disparidad de salarios,
ni de que pienses que la vida es mejor sin sufrimiento.

No estoy conforme con 6 días e vacaciones al año,
ni con desvelos justificados por entregas,
ni que me digas que para eso se hizo el fin de semana,
para descansar de lo pesado que puede ser la vida en las fábricas y empresas.

¡Chíngate tu tus placebos!

Por eso no tenemos lo que queremos,
nos volvemos hombres ocupados,
de vidas ocupadas y pensamientos ocupados,
despreocupados de lo realmente importante,
y nos enfocamos en nosotros a pesar de nuestra comodidad.