Yo prometo controversia e incomodidad. Pláticas que duren hasta el cansancio o la aceptación del absurdo.
Yo prometo chistes simples y poesía improvisada, consejos apurados y mal paridos.
Yo prometo mejor ortografía que dicción, razón que cine de ficción.
Pero bueno, ¿quién soy yo para prometerte tanto y tú para aceptarlo?